miércoles, 15 de diciembre de 2010

Recorrido por la arquitectura negra de Guadalajara.




Como inicio de la marcha, repetimos al igual que el año anterior. Habíamos tomado como base el pueblo de Roblelacasa, paraiso de descanso sobre todo para Jose, morador de la zona algunos fines de semana.


A las 9 de la mañana ya estábamos todos los integrantes de la actividad, la verdad es que se hacía raro sin los antiguos "bajoceristas", muchas caras nuevas y gente con fuerza y con ganas de empezar su andadura en el club con los pies de hierro. Partimos desde la misma casa de Jose y atravesando Roblelacasa fuimos descendiendo por la Tierra de Ayllón hasta la vega del Jarama, allí llegamos a un puente de nueva construcción, con el que a Jose se le caían los lagrimones por el atropello hecho, habían substituído antiguos trillos por nuevas bigas de hierro. Desde allí descendimos Jarama abajo para llegar al salto del Aljibe, bonito salto de agua, donde bañarse en veranito.
Volvimos por nuestros pasos y tras cruzar el mencionado puente ascendimos por una senda entre robles para llegar a Matallana, "el pueblo hipiie de Guadalajara",, como casi aldea Celta el humillo salía de alguna chimenea mientras la lugareña tiraba la palancana entre la hierba. Continuamos en busca de una senda invisible entre las jaras y decidimos tomar una pista que ascendía por la ladera Este del Pico San Cristobal, cuando habíamos ganado la suficiente altura y las rocas cercanas a la cumbre eran visibles decidimos adentrarnos entre pedreras, pinos y jaras para llegar no sin pocos problemas a las cercanías de la cumbre.
Último tramo de roca por donde trepando superamos algunos escarpados rocosos y llegamos por fin al punto más alto del Pico San Cristobal.
La vistas estupendas, la sierra sin nieve en Diciembre y la compañía perfecta, unas fotitos de grupo, otras de paisaje y por el cortafuegos que no habíamos visto para subir, acortamos casi una hora facilmente y sin matorrales que nos arañen la cara. Así descendimos nuevamente a Matallana, en donde enlazamos con el recorrido de la ida y volvimos por la pista de la Tierra de Ayllón ya sin sol y cansados por la paliza que nos había dado la naturaleza nuevamente. 20 Kilómetros, 8 horas 15 minutos.
















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