domingo, 6 de diciembre de 2015

Por las Maladetas, colección de tresmiles.

Llegó el Puente de Diciembre un año más, las nieves que se habían hecho de rogar fueron fieles a su cita y además la meteorología era extrañamente buena en estas fechas.

Nos juntamos un grupillo bastante heterogéneo pero dispuestos a pasarlo bien. Jacobo, Victor, Jose y yo, cada uno con sus problemas, con sus historias pero con el puente libre que era lo que contaba.

SÁBADO 5
El mismo sábado salimos por la mañana hacia el Pirineo, fuimos tranquilos y repasando la jugada para los próximos tres días, el objetivo era dirigirnos a los picos situados entre el Pico de Alba y la Maladeta, para realizar alguno de ellos a sabiendas de que la cantidad de nieve caída nos podía dificultar llegar a alguno de ellos.
Como se suele decir, poco a poco, paso a paso.

Comimos en Benasque y pusimos rumbo a los Llanos del Hospital, allí aparcamos y sobre las 16:30 nos equipamos con las mochilas para dirigirnos al Refugio de la Renclusa, un corto itinerario por nieve, que nos iba a venir bien para irnos habituando a lo que nos íbamos ha encontrar los próximos días.


Partimos por la carretera el corto tramo hasta Llanos del hospital, desde allí tomamos la pista de esquí de fondo del valle y nos dirigimos rumbo al Este, valle arriba, bastante cómodos por el terreno pisado, gracias a las máquinas. El sol no nos volvería a dar durante toda la jornada, la umbría se había apoderado del valle en una jornada que había sido demasiado calurosa en el Pirineo para estas fechas. Una amplitud térmica que nos venía bastante bien para la estabilidad de todo el manto.

En una hora llegamos a la Besurta, el valle estaba precioso y la luz del final del día iluminaba los picos cercanos con laderas al sur. Giramos al Sur y tomamos la amplia huella que se dirigía hacia el Barranco de Renclusa, no había pérdida alguna.


Entre pinos fuimos ganando altura y sudando un poco las cervezas de la comida. Al fin salimos de los últimos pinos negros y pudimos ver parte del tejado del refugio, estábamos llegando al final del itinerario, situado a 2140 metros de altitud. 1h 45minutos para los 6 kilómetros recorridos y los poco menos de 500 metros de desnivel.


Tras organizarnos, nos asignaron cama y bajamos al salón del comedor, allí terminamos de pasar la jornada antes de la cena y finalmente a una hora temprana caímos en nuestros aposentos comunes.

DOMINGO 6
Nos levantamos a las 7:00, desayunamos y salimos de los primeros del refugio.


A las 8:20 estábamos en marcha, rumbo a la entrada del Barranco de Alba, en el primer tramo la nieve algo blanda nos asustó, pero pronto y viendo que la acumulación estaba en las zonas profundas de valle, intentamos continuar por medias laderas o zonas alomadas, en este caso entre los Barrancos de Renclusa y Alba, saliendo justo al Ibón de Renclusa con la silueta del Paderna en frente.


Lo atravesamos por encima, sobre el hielo y continuamos a media ladera siguiendo unas huellas de esquí, por una zona de pinos paralelos al fondo del valle principal. Continuamos hasta una gran vaguada por donde transcurre el Barranco del Diente y decidimos subir por ella para ganar altura más cómodamente.

Fuimos paralelos al fondo del barranco hasta los 2500 metros y desde allí cogimos unas laderas de nieve para subirnos a la parte alta entre los Barrancos de Alba y del Diente con la intención de encontrar zonas con la nieve más dura, pero resultó que el Barranco de Alba estaba próximo y la nieve estaba en condiciones adecuadas, así que fuimos ganando altura por la leve depresión que forma este barranco.


Al Pico de Alba ya le daba el sol, pero aún no divisábamos ni el Diente, ni la Muela situada más hacia el SE en el interior de un pequeño circo que forma con sus hermanas. Realizamos una parada técnica para comer algo pero la baja temperatura no nos permitió estar más de 10 minutos parados, así que volvimos a coger el ritmo hacia la cabecera del barranco mientras los primeros rayos de sol nos golpeaban.

A la vez que llegábamos a una pequeña depresión frente a nosotros aparecieron el Diente y la Muela de Alba nuestros dos primeros objetivo de la jornada. Giramos el rumbo y nos dirigimos hacia el Collado de Alba pero pronto divisamos un pequeño corredor que ascendía entre ambos picos y que con algo más de pendiente nos pareció un más bonito camino de ascensión.


Paramos brevemente para ponernos el casco, el arnés y sacar el piolet y nos encaminamos por dicho corredor. Más que un corredor se trataba de una especie de cono de deyección entre ambas cumbres.

La subida fue rápida aunque ya se notaban los achaques propio de estar casi a 3000 metros, la nieve algo blanda nos facilitó la subida y en la parte superior y donde más se estrechaba, algunas rocas defendían la salida a la cresta.


La canal nos dejó en una brecha rocosa, desde allí al Oeste el Diente y hacia el Este la Muela, así que paramos a dejar las mochilas y nos encaminamos primeramente hacia el Diente de Alba.

Desde un inicio continuamos por la parte alta de la cresta pero pronto nos pasamos a la vertiente Sur para progresar sobre nieve blanda y situarnos bajo la cumbre.


Desde allí, sólo una trepada y ya estamos en la cumbre del Diente de Alba.


Nos hicimos unas fotos de rigor y comenzamos el descenso por el mismo itinerario para volver a la brecha, donde teníamos las mochilas.

Desde la brecha partimos ahora hacia el Este, nuestro objetivo la Muela de Alba. Por el filo de la cresta superamos unos bloques y llegamos a antecumbre, una zona con nieve y situada justo bajo la misma. Intentamos por la vertiente Norte y la caída era bastante grande, lo intentamos de frente, pero tampoco conseguimos subir a la cumbre, Tan sólo eran 3 metros de murete pero que nos cerraba el paso por todos lados, así que probamos por el sur, por allí descendimos unos metros por un corredor hasta encontrar el punto débil y montarnos en una nueva canal nevada que daba acceso a la cumbre,


Realmente era un diedro tapizado de nieve blanda y que nos jugó alguna mala pasada al intentar subir por allí.
Por nieve llegamos a los bloques bajo la cumbre, por los que había que trepar de nuevo para llegar a los dos bloques tumbados que forman la cumbre de la Muela. Un terreno bastante alpino y mixto.


Nos dispusimos a descender, ésta vez lo íbamos a hacer hacia el Collado de Alba, nos encontramos con una serie de terrazas nevadas que nos ralentizaron el paso y después con algún destrepe más delicado para bajar que para subir pero fuimos perdiendo altura hasta llegar al Collado de Alba, lugar donde paramos a comer algo y a reponer fuerzas.

El sol nos calentaba, a pesar de ello un leve viento corría fresco que nos hacía ponernos el plumas para parar a comer, aunque incluso en la zona de parada la nieve había desaparecido para mayor comodidad nuestra.

Relajadamente ya a las dos de la tarde decidimos hacia donde continuar., en principio la idea era hacia el Pico Sayó, situado hacia el Este, pero un pico más pequeño, el Le Bondidier nos atraía en mayor manera, separado de todo el cordal y menos accesible desde nuestra posición. El itinerario a recorrer lo podíamos observar desde nuestra posición prácticamente.


Iniciamos la marcha hacia una depresión al SE, estaba todo bastante mixto y desde allí teníamos localizado un nevero que nos iba a ayudar a llegar al Collado situado entre el Sayó y el Le Bondidier.
Pronto llegamos al nevero, pero la nieve blanda nos dificultó esta vez la progresión, ralentizando todo bastante.

Al fin salimos del nevero a la loma Sur descendente del Sayó, desde allí divisamos de buena manera el Pico Le Bondidier y nos dirigimos hacia su cresta, tomando dirección Sur total.




Por el filo fuimos superando los escoyos, primero unas trepadas por los bloques y después por el lado Este y terreno mixto para llegar a la primera de las cumbres con hitos de Le Bondidier.


Desde allí algunos hitos se dirigían a una segunda cumbre más al sur, mis compañeros no quisieron tirar más, así que tiré solo hacia la segunda de las cumbres, zona de terreno similar, con bloques aéreos y algunas brechas con nieve más complejas de superar pero no por ello menos feas.

Llegué a la segunda punta, sin saber muy bien cual de ellas será la principal y desde allí me fotografió Jose, y lo mismo hice yo con él.


 Me esperó hasta que llegara y después volví más bien por terreno del flanco Oeste, ya que me pareció terreno con más nieve y más fácil para volver.

Nos volvimos a juntar los 4 en el collado, eran ya las 16 horas y no nos quedaban muchas horas de luz, así que había que subir a la cuerda principal para descender hacia el Norte, hacia la Renclusa.
La idea principal era ascender hasta el Pico Cordier y buscar la bajada hacia la vertiente del Glaciar de Maladeta.

Tomamos rumbo al collado que forman el Pico Cordier y Sayó, bordeando este último por su ladera SE, cuando llegamos a la cota 3175 y teníamos que dirigirnos hacia el Cordier, vimos tan cerca el Sayó que nos dirigimos hacia el Oeste, para subir a esta cumbre situada sólo 40 metros más arriba.

Pico Cordier 
Una foto y para abajo que todavía nos queda tela que cortar, volvimos por nuestros pasos al collado y continuamos al Pico Cordier por las cercanías de la divisoria de pendientes, aunque pronto las laderas de nieve venteada de la vertiente sur,



fueron nuestro objetivo y medio para llegar a la última cumbre de la jornada y más alta; el Pico Cordier, situado a 3263 metros. Era el 5º pico de la jornada y desde la cumbre celebramos al hecho al tanto que intentábamos buscar el lugar idóneo para poder descender los más de 1000 metros de desnivel que nos separaban del refugio que podíamos ver más abajo.


Las vistas desde la cumbre espectaculares, muchos, pero muchos picos hacia todas direcciones, en especial la parte sur con el circo escondido que forma el Ibón de Cregüeña y sus afiladas crestas.


Eran las 17 de la tarde, de luz nos quedaban poco más de dos horas y teníamos que perder altura ya. Buscamos más hacia el Este un lugar por donde bajar y encontramos unas laderas inclinadas a 40º.
La calidad de la nieve era la de toda la jornada, blanda y polvo los primeros 20 centímetros.


Había que tener cuidado en el descenso por la roca escondida bajo la nieve y poco a poco fuimos perdiendo altura por terreno rocoso en dirección norte a la Torre de Cordier, nuestro objetivo no era subir a este 3000 fantasma pero para perder altura forma un hombro natural que nos venía muy bien como descenso.

Tras quitarnos el tramo superior, me asomé por el lateral para bajar al Glaciar de la Maladeta pero unos cortados nos quitaron la idea, intenté continuar hacia la Torre Cordier pero de igual manera la roca nos impedía progresar, así que fui buscando la zona menos expuesta y por allí tiramos la cuerda de randonee para hacer un corto rápel en doble abandonando un cordino. La idea nos iba a retrasar en cuanto a tiempo, pero nos iba a permitir bajar a la plataforma del glaciar con seguridad. Así que eso hicimos y en poco tiempo llegamos los 4 al Glaciar de la Maladeta.


La temperatura comenzó a descender bruscamente, incluso la nieve se endureció en poco tiempo, nos venía bien para bajar ahora a tumba abierta en busca del Torrente de Renclusa, no tomamos ninguno en concreto y como el objetivo era perder altura, lo fuimos haciendo por las depresiones que íbamos viendo siempre tomando como rumbo el norte.


El descenso no fue aburrido, ni cansado, ver un atardecer así con los picos anaranjados hacia el norte no tiene desperdicio alguno y la nieve en unas condiciones buenas de dureza también nos ayudó a no cargar en exceso las piernas.


Así a las 19 horas llegamos a las cercanías del Ibón de Renclusa, haciendo lo propio en 20 minutos más en el Refugio de Renclusa. Un bonito final de jornada y una buena cena para disfrutar de un día de coleccionismo de tresmiles; Diente de Alba, Muela de Alba, Le Bondidier, Pico de Sayó y Cordier fueron nuestros premios en 11 horas de actividad invernal.
Mañana más.


la ruta en wikiloc, pincha aquí.

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